D. Diego Hernández marcha a Cuba y D. Jotabé Gallego asume ese curso la PJV de la Hermandad, y vuelve al campamento junto a D. Esteban y D. Juanmi. Y dimos la bienvenida a D. Jorge Pérez, operario mexicano, que después de todo el curso acompañándonos, y con Lisboa en el horizonte, recibió su pañoleta y su chapa en medio de una cerrada ovación.
También vuelve Juan R. Gil, que asume la dirección por sexta vez, ahora junto a Raquel Lucea. Coordinan con ellos Lucas Ferrando y Guille Montoya. El campamento arranca más pronto que nunca (porque toca JMJ) y abre la verja verde el 13 de julio. Diez días en una extraña aventura…
Otra ausencia, la de Juan Carlos Galindo; y la más numerosa de la Escuela de Verano, que se celebra ese año en otra fecha y en Lisboa, junto al Papa Francisco en la JMJ, y acompañados por Moi Martínez y Javier Seijo…
Lo más llamativo, la marea azul de monitores… 45 acampados y 21 monitores corretearon por la finca, ya en normalidad y sin restricciones, y van visitando series de televisión junto a Valero un chaval que está en un momento complicado de la vida… Acaba terminar 4º de ESO y no quiere seguir estudiando, pero se ha alejado de sus amigos, no hay nada que le anime o que le llame la atención… Solo ve series y juega con la Play…
Una noche, a altas horas de la madrugada, la tele comienza a temblar de manera extraña, y es absorbido por la televisión, y desaparece… allí, junto a gnomos, Doraemon, mandalorianos y con baile de boda y todo, va ordenando las ideas hasta que, debajo de un arco y el último día, un tal Mosén Sol le ilumina el camino para encontrar el suyo…
El domingo de las familias se reencontró con El Reguero, y de nuevo amigos y seres queridos alegraron nuestro domingo… Esa tarde, algunos antiguos monitores (Borja, César, Puri y Jotabé) compartieron con los acampados su testimonio vocacional en un encuentro inolvidable… Los hijos de monitores históricos vivieron la finca: David Simón (ya un veterano), Yadira Velasco (que se estrenaba) y dos portadores de pañoletas en formato bebé: Laura (nieta de Charo, que la recibió allí mismo) y Lucas Martín (hijo de Icíar y de Antonio, que recorrió la finca en brazos de su orgulloso padrino). Otros reencuentros preciosos: con las personas mayores de Puerto, porque pudimos volver a la Residencia a compartir un tiempo con ellos, y con nuestro pueblo, porque la cena, un rastreo y el Buenas Noches llenaron de alegría sus calles…
Las camisetas, granates-Netflix, con el logo renovado y el himno, de los Rodríguez Gil, nos reencontró con la esencia de El Reguero: “Cuando me rindo, me duermo o me pierdo, no encuentro el camino o no sé caminar, vuelvo a este sitio al que pertenezco, te encuentro en un arco, das luz a mi hogar…”